lunes, 3 de junio de 2013

Crítica de Skyfall


Lo de las referencias a las que tantas veces se alude es un arma de doble filo. Porque las referencias son poliédricas y multiformes, y se adaptan a la memoria y preferencias del que cree reconocerlas. La cuestión no es si el Bond de 'Skyfall' es más cercano al Batman de 'Nolan' o si su villano es más 'Shakespeareiano' que la media. Todo eso está más que superado. Lo importante es que los guionistas Wade, Logan y Purvis en su libreto, y Sam Mendes como realizador, entregan un trabajo en el que saben apartarse lo justo del mito Bond, orientando al personaje hacia una mezcla del Bond clásico con el Bond más extremo que ofreció Daniel Craig por primera vez en la magnífica 'Casino Royale', juntando lo mejor de ambos mundos. La habilidad está en que al mismo tiempo el panorama que le rodea se mantiene tal y como esperamos que sea, sin más cambios que un nuevo Q nerd interpretado por Ben Whishaw que aporta frescura a la saga. Así, las variaciones no son caprichosas, sino que mejoran aquello ofrecido hasta el momento que corría el riesgo de quedarse anquilosado.

'Skyfall' funciona, y funciona muy bien. No lo hace precisamente apoyada únicamente por un Bardem algo pasado de vueltas en un personaje muy agradecido, ni tampoco solamente en un Daniel Craig que le va cogiendo la medida al personaje como si fuera un traje de Tom Ford. Lo hace porque el conjunto está en su perfecto punto de cocción, y listo para servir agitado, mezclado, o como se quiera.





Nota 8

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