domingo, 9 de junio de 2013

Crítica de El Mensajero

Hoy llega a nuestras pantallas la última película de Dwayne Johnson, más conocido como “The Rock”. En ella  se nos explica la historia de un chico, que utilizado por un amigo suyo, es encarcelado acusado de traficar con drogas. Dwayne, el padre preocupado, decide hacer un trato con la fiscalía: él les ayudará a atrapar a un narcotraficante si reducen o liberan a su hijo. A partir de este momento se verá inmerso en un mundo oscuro y desconocido que pondrá su vida, y la de sus seres queridos, en peligro.

   The Rock, al igual que otros muchos action hero, intenta cambiar de registro en este drama. Es bastante complicado, a pesar del esfuerzo del actor, intentar creer que simplemente es un padre preocupado y en ocasiones cobarde ante la situación en la que se encuentra su familia. Está tan encasillado en el rol de héroe, que pensar y creerse lo contrario es difícil, difícil… Su interpretación es irregular y esto provoca unos importantes altibajos a lo largo de una historia, que por ella misma intenta explicar tantas cosas que al final se diluyen y no nos explica nada. Llega un momento en que realmente no sabemos si quieren hablar del sacrificio de un padre por su hijo, de los trapicheos de la policía y fiscalía para atrapar narcotraficantes y justificarse, de lo enrevesado que es el mundo de las drogas… Sí, en efecto, toda película toca historias paralelas, pero aquí quiere enseñar tanto que lo toca todo por lo alto y en el fondo no nos dicen nada. Y la mejor manera de resolver todo es con un par de escenas de acción y aquí no ha pasado nada. Fundido a negro, créditos y te quedas igual que cuando empezaste a ver la película.

   Respecto a los actores que acompañan a Dwayne en esta historia, destacar la presencia de Jon Bernthal, que la mayoría recordarán por su papel de Shane en “The Walking Dead”. Aquí interpreta a un padre de familia que tras pasar por la cárcel, por tráfico de drogas, empieza a trabajar en la empresa de Dwayne, siendo quien le pondrá en contacto con los traficantes que a posteriori intentarán atrapar. Por otra parte también nos encontramos, en el papel de fiscal, a Susan Sarandon, cada vez más desaprovechada en el cine y que parece aceptar el primer trabajo que le ofrecen. Es un personaje plano e irrelevante y si no fuera porque se trata de la fiscal, lo podríamos eliminar de un plumazo. Más interesante es el papel de Barry Pepper, visto recientemente en “La Trama” (Allen Hughes – 2013), y que aquí interpreta a un policía de narcóticos para el que se ha transformado físicamente y que intimida tanto por su mirada como por su aspecto.

   Finalmente comentar que el director es  el semidesconocido Ric Roman Waugh (Felon – 2008), que no acaba de sacar todo el jugo ni a la historia ni a los actores.


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Nota 6

sábado, 8 de junio de 2013

Crítica Hijo de Caín

Comienza en las esferas del drama familiar y lo hace con soltura y conocimiento de causa, pero a medida que avanza la proyección el thriller se va adueñando de la trama y con ello se pierde parte de la estabilidad emocional de los personajes en aras a conectar casi con el terror y elevar el impacto en el público.
Esta adaptación de Mi querido Caín, el best-seller de Ignacio García Valiño que fue finalista del V Premio Ciudad de Torrevieja de Novela en 2006, depara por ello una suerte desigual que no deja plenamente satisfecho, aunque tampoco deba hablarse de fracaso.
El director catalán Jesús Monllaó, que debuta en la pantalla grande, demuestra conocer las claves del terreno que pisa, si bien se toma algunas licencias que escapan a la lógica del relato y que le restan convicción. José Coronado no está al nivel de No habrá paz para los malvados, por supuesto, pero se apropia casi siempre de su cometido y el joven David Solans, que está en primer plano, intenta incrementar la tensión con resultados aceptables.
En su objetivo de huir de los esquemas convencionales del cine sobre los niños diabólicos, el director se acerca en alguna medida a los patrones utilizados por Robert Mulligan en El otro, que abordaba la infancia asesina. Aquí, sin embargo, no se trata de niños, sino de un adolescente, Nico, que tiene profundos problemas psicológicos que llevan de cabeza a sus progenitores, especialmente al padre, que recurre a los servicios de un prestigioso psicólogo para poner en práctica una terapia que resulte efectiva.
La base de la misma es el ajedrez, al que es muy aficionado Nico, que parece en principio obrar milagros. La parte más discutible, con mucho, de la cinta es precisamente la que contribuye a intensificar el clima de tensión y de miedo, fruto también de la decisión del director de valerse del factor sorpresa.
El problema es que los giros que vemos son tan radicales, sobre todo en las conductas de Nico y de su madre en relación con el padre, que brota una inevitable falta de coherencia. Da la impresión que todo es posible de cara a que los fotogramas eleven la temperatura de la angustia al límite. Y no todo es lícito en esa tarea.
Nota 6

Crítica Scary Movie

Recordemos que 'Scary Movie' era sinónimo de risa facil, pegando en el calendario a épocas vacacionales. Un "fast-food" cómico que nos podría dar una buena tarde de cine. En esta ocasión, lamentablemente para los que disfrutábamos en parte con la saga, se queda muy lejos de conseguir algo así. Anna Faris es sustituida por Ashley Tisdale, ex-chica Disney que sigue buscando su espacio en el mundo del a gran pantalla (o de la pequeña, si se tercia).
Hay que reconocer que uno de los exponentes más explotados de 'Scary Movie 5' es la llegada de Charlie Sheen y Lindsay Lohan. Tal vez lo único remarcable de la misma, aunque sólo sea por su presencia en la gran pantalla.
Una comedia que pasa sin pena ni gloria.
 
 
 
Nota 3

Crítica Resacon 3

Si tuvo éxito 'Resacón en Las Vegas' probablemente fue por su falta absoluta de complejos. Su guión no escatimaba bromas políticamente incorrectas que trabajaban la carcajada del espectador como si de una fina partitura se tratara. El hecho de mezclar cómicos en estado de gracia como Edd Helms y, especialmente, Zach Galifianakis, con teóricos galanes como Bradley Cooper y Justin Bartha y colocarlos en situaciones imposibles, tocó en parte ese espíritu de retorno a las gamberradas de juventud que sentimos los hombres en cada despedida de soltero (y que tuvo su respuesta femenina con 'La Boda de mi mejor amiga', con la que comparte a Melissa McCarthy en este broche final.)

La segunda parte en Tailandia, aunque acusó algo de desgaste, mantuvo ese espíritu que da vida a la saga. Pero el cierre de la trilogía es como una de esas fiestas que, cercana el alba, se agotan.

Bien es cierto que Galifianakis nos ofrece los mejores momentos de la cinta con ese personaje -que es el mismo con escasas variantes en todas sus películas- que tan bien controla y que aprovecha mecanismos del humor que nuestro Santiago Segura conoce a la perfección. También hay aislados golpes de humor que sí logran su propósito. 

Pero no es suficiente para animar una trama que resulta ser Free-Alcohol para derivar en una versión sin pies ni cabeza de Ocean's Eleven, circunstancia que oculta una trama endeble que pivota excesivamente en el personaje de Ken Jeong, Mr. Chow, un registro que, al igual si se me permite la comparación, que el Scratch de Ice Age, tiene gracia precisamente por su brevedad. 

Una lástima este cierre tan desinflado, en el que incluso se permiten sustituir las hilarantes fotografías durante los créditos por una escena final que hace más sangrante aún el conjunto, al mostrar precisamente la que tendría que haber sido el punto de partida de esta tercera parte si es que Todd Philips quería mantener el espíritu de la manada hasta el final.



Nota 5

Crítica de Mamá

El día que su padre mató a su madre, las hermanas Victoria y Lilly desaparecieron en el bosque cercano a la urbanización donde vivían. Su tío Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) y su novia Annabel (Jessica Chastain) las han buscado sin cesar durante cinco años. Cuando ocurre lo imposible y las niñas aparecen en una cabaña medio derruida, la pareja empieza a preguntarse si no ha llegado alguien más a su casa acompañando a las niñas. Annabel intenta ofrecer una vida normal a las niñas, pero acaba convencida de que hay una presencia malévola en la casa. ¿Sufren las hermanas de estrés traumático o viene un fantasma a visitarlas? Mientras intenta contestar a estas inquietantes preguntas, la nueva madre acabará descubriendo que los susurros que se oyen a la hora de dormir proceden de los labios de una presencia letal.

Así se presenta el argumento de 'Mamá', una película que maraca el debut del cineasta argentino Andy Muschetti y que cuenta con el marchamo de la producción de Guillermo del Toro. Ojo, a cualquiera que le parezca una cinta de terror en el seno familiar sin más, que la vea dos veces. Puesto que para empezar no es la típica familia americana de pastel de manzana en el alfeizar de la ventana asediada por espíritus maléficos. Una cinta impactante que refresca el género y que de paso nos permite ver a una gran y gótica Jessica Chastain, no olvidemos que candidata al Oscar por su papel en 'La Noche más Oscura'.




Nota 7

Crítica de Flowers of War

Uno de los más terribles episodios de la guerra moderna, a veces olvidado por los posteriores horrores de la segunda guerra mundial, es el asedio por parte de los japoneses a la ciudad de Nankín en la segunda guerra chino-japonesa durante los años 1937 a 1945. El detonante a dicha guerra en el continente asiático fue el dominio de una ciudad en la que se llevó al límite la tortura, los abusos y el asesinato sobre la indefensa población.

Una pesadilla ya retratada con crudeza por el filme 'Ciudad de Vida y muerte' y que Yimou retoma para contarnos una odisea dramática en la que, como debe de ser en una buena historia que nos implique e interese, observamos la evolución de los protagonistas en un viaje desde el egoísmo al heroísmo, representado por ese empleado de pompas fúnebres que solo piensa en si mismo magníficamente encarnado por un creíble Christian Bale -cuya presencia además servirá de reclamo al público occidental- y un grupo de prostitutas que comenzarán a ver lo que hay más allá de sus propias vidas.

Yimou nos ofrece situaciones impactantes regadas por imágenes tan bellas como terribles, en las que los regueros de sangre como símbolos de la muerte se entrecruzan con vidrieras de colores que deberían ser símbolos de esperanza,y muchos de sus encuadres y tomas son un homenaje a lo que debe ser el cine.

Pero, con todo y con sus abundantes aciertos, la película, que ha batido records tanto en recaudación como en presupuesto en su país de origen, fracasa un tanto en conformar un esqueleto más emocional y que cale en mayor medida en el ánimo del espectador. 

Zhang Yimou, que fue capaz de construir un perfecto engranaje emotivo en 'Amor bajo el espino blanco' con muchos menos medios y con una historia más sencilla y transparente, deviene en cierta torpeza narrativa al plasmar con algunos brochazos faltos de sutilieza una situación terrible ya de por sí, y que no es capaz de contar sin dejar deslizar algo de maniqueismo -muy presente en la ejecución del colaboracionista o en ese oficial con gusto por la música y algo compasivo que parece sacado de 'El pianista'- que enmascara y hace diluir el auténtico alcance de una situación que debió ser aún más horrible que lo contado, pero con sujetos de carne y hueso que no se comportaban como villanos de filme, sino como algo mucho más incómodo y difícil de plasmar en una pantalla: como personas iguales que nosotros mostrando su lado más oscuro espoleado por la guerra.


Nota 7

Crítica Los Vengadores

Difícil se hace imaginar que esta adaptación no emocione al más purista aficionado a las aventuras en papel del grupo. Dotada de un fastuoso diseño de producción en el que no se repara en medios para asaltar nuestra capacidad de sorpresa, la película tiene la rara virtud de no descuidar el detalle ni la caracterización de sus personajes. Una caracterización bien lograda a través de diálogos sin las fisuras que solemos encontrar en otras adaptaciones: El Capitán América, Nick Furia, Thor, La Viuda Negra, Hulk... todos hablan con la coherencia que se les supone, sin diálogos forzados o que chirríen. Da la impresión que para hacer esta película no se ha pensado en primer lugar en el lenguaje cinematográfico. No, parecería que primero se ha escrito un cómic como si el destino de la historia fuera permanecer por siempre en una estantería. Como si se hubiera concebido sin parar a pensar en lo que costaría plasmarla en imágenes. Como si eso fuera un problema menor que ya se iría resolviendo con una buena combinación de talento y dinero.

Y se ha logrado. Porque el gran público, ese que conoce a los personajes sólo a través de sus encarnaciones cinematográficas, también disfrutará del espectáculo gracias a ese buen trazo en la construcción y plasmación de una historia. No entenderán las bromas privadas, ni gran parte de los guiños diseminados, pero igualmente, gracias a ese respeto al espíritu de la aventura fantástica, se sentirán mecidos por el entretenimiento llevados de la mano por esta estupenda cinta.

Insisto, Josh Whedon es Fan. Sabe de lo que habla, y se nota. Hace la película que a él, como aficionado, le gustaría ver. Y también se nota. Se nota en los diálogos, en los giros sorpresa, en el comportamiento de los personajes, hasta en el movimiento de la cámara. Todo está calculado con un inmenso cariño por los personajes y por lo mejor de los valores del cómic que desarma al más frío y que atraviesa la pantalla, llegando también al espectador ocasional. Con detalles, con matices, que sólo alguien que conoce muy bien el terreno en el que pisa sabe que tocarán el resorte emocional de los que han sobreimpresionado en sus retinas tantas y tantas viñetas, pero sin excluir al resto. 

Los actores, todos, también se lo pasan en grande, con un Robert Downey Jr que es el perfecto Tony Stark y que se echa a la espalda las mejores interacciones con el resto de personajes, con mención especial para un Tom Hiddleston que hace suyo un Loki que no cae en la caricatura en ningún momento.

'Los Vengadores' consigue que la emoción de releer las historias de estos personajes sea amplificada por la magia del cine.

Difícil pedir más, salvo rogar que, por una vez, los espectadores no abandonen la sala en cuanto empiecen a rodar los títulos de crédito. Se recompensará la paciencia.



Nota 8


Ranking Mejores Películas de la Historia

1 Ciudadano Kane


2 El Gran Dictador

3 Casablanca


4 Lo que el Viento se Llevó


5 El Mago de Oz


6 Ben-Hur


7 ¡Qué Bello es Vivir!


8 La Naranja Mecánica


9 Con Faldas y a lo Loco

10 El Crepúsculo de los Dioses


Ranking Mejores Películas 2013

1- Los Miserables


Los miserables


2- Mamá


Mamá


3- Hansel y Gretel: Cazadores de brujas


Hansel y Gretel: Cazadores de brujas


4- Django Desencadenado

Django desencadenado


5- El lado bueno de las cosas



El lado bueno de las cosas



6- Argo



Argo


7- Las  ventajas de ser un marginado

Las ventajas de ser un marginado


8-  La Jungla 5: Un buen día para morir


La jungla 5: Un buen día para morir

9- Iron Man 3


Iron Man 3


10- El Vuelo

El vuelo (Flight)


Crítica de Fin

Los mitos están para romperlos, o eso dicen. Uno de los más extendidos es aquel que habla de las adaptaciones de obras literarias al cine y la supuesta inferioridad congénita de las creaciones de celuloide sobre sus supuestamente superiores ascendentes impresos.

Es cierto que esa circunstancia se percibe en muchos casos cuando se comparan experiencias diferentes como las que significan leer una novela y ver una película, especialmente cuando la novela ha sido previa y en nuestra cabeza ya se ha formado la visión de la historia. Al igual que en cada aficionado al futbol hay un seleccionador, en cada espectador, de forma íntima, hay un director de cine. Por eso el realizador siempre jugará con desventaja ante el inamovible juicio del antiguo lector que ha visto como alguien, sin avisar, ha borrado de un plumazo las imágenes que se habían formado en su cabeza y las ha sustituido por otras extrañas sin permiso.

Solo cuando el material de partida nos deja apáticos o despreocupados con lo que se nos cuenta cabe la oportunidad para el realizador de tomar el material y mejorarlo sin que nos importe esa nueva visión. Al contrario, se agradece que Jorge Torregrosa tome una buena idea mal desarrollada sobre el papel y la dote de un cierto romanticismo que la mejora.

Ese romanticismo que no quiere morir entre la amargura existencial que podría haber ahogado la cinta se cuela por las cuidadas tomas y por una estupenda fotografía creando una película bastante disfrutable, en la que se retrata con acierto la relación entre los personajes apoyándose en la buena labor del reparto, con mención especial a una Maribel Verdú en su línea habitual y a un primerizo Andrés Velencoso que, si mejora su dicción, será un actor a tener en cuenta.




Nota 6

Crítica de Óxido y Hueso

Aunque 'De Óxido y hueso' está nominalmente basada en un relato del escritor Craig Davidson (De quien se dice es el nuevo Chuck Palahniuk) llamado 'Rust and Bone', no parece que Audiard haya cogido mucho más que el título, algún ambiente ocasional, y la reflexión sobre la recuperación de los huesos que realiza el personaje de Mathias Schoenaerts. Por lo demás, se le da un vuelco a una trama que parecía más encaminada a radiografiar las luchas clandestinas de boxeo y de perros salvajes y se retrata una historia de amor imposible y cocida a fuego lento por parte de dos personajes al límite que siguen dos rutas vitales distintas que pugnan por encontrarse.

Una de las cosas que más llaman la atención de la adaptación que hace Audiard es la paciencia que tiene al ir estableciendo las reglas de la relación entre el boxeador interpretado por Schoenaerts y la domadora a la que da vida Marion Cotillard. Su primer encuentro en la discoteca apenas pasa de ser un roce pasajero (con ese plano de la rodilla manchada de sangre de Cotillard en el viaje en automóvil, casi profético) Los personajes quieren acercarse el uno al otro, pero lo impide la diferente velocidad en la que cambian sus impulsos vitales.

Marcada por un accidente primorosamente filmado y que demuestra que se pueden manejar incluso la intuición del espectador desde la silla de un director (hay algo en la bucólica escena con las orcas que te indica, pese a su belleza, que algo va a ir terriblemente mal), la domadora Stephanie evoluciona desde la más absoluta desesperación a ir poco a poco recobrando la esperanza y las ganas de vivir.

Mientras que, sin embargo, el boxeador Matthias parece ser, en muchos momentos, tan sólo uno de los bastones de esa vuelta a la luz más que un beneficiado recíproco de la relación entre ambos. Efectivamente, se toma su tiempo para evolucionar a través de su relación con el personaje que interpreta con toda convicción Cotillard, y eso se va notando en la relación con los que le rodean, especialmente con su hijo. Todo eso también se refleja de forma creíble en los registros de Schoenaerts, contendidos, pero a la vez dejando translucir toda la violencia latente en su interior. Y es que ambos actores, tanto Cotillard como Schoenaerts, están magníficos en sus respectivos roles, especialmente la primera.
Si alguna pega se le puede poner al filme, es que las desgracias fortuitas se suceden en tal cascada que en ciertos momentos flirtea con el melodrama más gratuito, pero no llega, en honor a la verdad, a despeñarse por ese barranco aunque lo bordee peligrosamente.

Una película emocionante y bonita en toda la dimensión exenta de cursilería y condescendencia de la palabra “bonita” que hace acreedora a Marion Cotillard de los mayores elogios a su interpretación, de esos que a veces se convierten en premios. Y de los grandes.



Nota 8

Crítica de Moonrise Kingdom

No es Anderson un director fácil a primera vista. Demuestra una admirable coherencia con una forma de ver la vida y el arte que hay que arrojarse a compartir. Esa coherencia se extiende por costumbres como una gran fidelidad a sus colaboradores: Desde los actores que vemos desfilar en casi todas sus propuestas como Bill Murray o Jason Schawartzman, o su acostumbrada colaboración con su director de fotografía habitual Robert Yeoman, Anderson sabe rodearse sin duda por talentos que comparten su visión de las cosas.

Una visión brillante como la paleta de los colores que bañan la pantalla. Sencilla como la composición de sus planos, con unos encuadres que buscan en todo momento la simetría y una puesta en escena pulcra y colorista. Son tan llamativos los ropajes con los que el realizador viste sus propuestas, que corremos el riesgo de olvidar la exquisita sensibilidad de lo que nos cuenta.

En 'Moonrise Kingdom' se nos muestra con toda ternura el amor incondicional entre dos jóvenes, Sam y Suzy, (estupendos Kata Hayward y Jared Gilman) que ante la incomprensión de los que les rodean, deciden abandonar sus ataduras y embarcarse en un viaje en el que el único objetivo real es la compañía mutua que alivie su soledad.

Wes Anderson configura un cuento infantil en el que los protagonistas son acechados por un lobo y un cazador no personificados esta vez en seres concretos, sino en facciones de adultos y niños que, en cada caso, ven en ellos una amenaza, un problema, o, quizás, una esperanza de redención. Los propios niños, además de estar embarcados en una aventura vital propia, son también catalizadores de cambios en las vidas de los demás. Y la forma en que eso se narra hace que esos pequeños fugitivos también remuevan algo dentro de nosotros.

Wes Anderson demuestra ser un excelente director de actores, y los intérpretes que se ponen en sus manos forman una extraordinaria sintonía en la que actores tan dispares como los citados, o como Bruce Willis en un sorprendente papel, o como un Edward Norton que sabe desarrollar una buena bis cómica con toques tan patéticos como heroicos, componen un elenco sin fisuras.

Una extraordinaria película en la que debemos sumergirnos en sus maravillosas pero extrañas imágenes, pero sin olvidar que Wes Anderson es como uno de esos cómicos que intentan transmitirnos sus ideas más profundas y conmovedoras con el mensaje en clave de un humor extravagante, simplemente porque es lo que esperamos de ellos.



Nota 8

Crítica Mátalos Suavemente


Si Brad Pitt pretendía que este Jackie Coogan, este asesino a sueldo de particulares métodos y filosofofía, fuera a marcar un antes y un después de su carrera, tendrá que seguir esperando. En 'Mátalos suavemente', Coogan es llamado para solucionar el robo durante una partida de póquer con dinero sucio, y su personalidad la marcan una declaración de intenciones (le gusta matar rápido, limpio y a distancia, de ahí el nombre de la película), y un punto de vista mercantilista de su particular oficio en una América sacudida por la crisis económica y en el marco temporal de la llegada de Obama a la presidencia. Lo de la declaración de intenciones no tiene más valor que el de dar algo de sabor a un personaje que no tiene realmente mayor calado en sus acciones, pero la parte de esa crisis económica que condiciona el comportamiento de los personajes, sí es un gran acierto.

Efectivamente, en 'Mátalos suavemente', pese a lo raquítico, sencillo, y esquemático de su guión, que podría haber dado para un corto de treinta minutos, se refleja la necesidad imperiosa de dinero de la que adolecemos hoy en día por culpa de su escasez. Se muestra muy bien como ese dinero, por su carestía, se ha convertido en un elemento de disputa extrema en las relaciones, tanto entre individuos como entre gobiernos y ciudadanos, como si fuera ese petroleo o esa agua de las películas post apocalípticas. 

Ese trasfondo, ese discurso de un inminente Obama del año 2008 con sus promesas y discursos que no calan en el filosófico pero materialista Jackie Coogan, son lo mejor de 'Mátalos suavemente', que por lo demás mezcla bajo una dirección solvente el estilo de las películas de Martin Scorsese (ahí está la elección de Ray Liotta para atestiguarlo de forma gráfica) y los diálogos alargados de Tarantino, pero sin aportar nada nuevo ni sorprendente.


Nota 7

Crítica Jack Reacher


Regresa el Tom Cruise de las escenas de acción casi imposibles. De las tramas de asesinos profesionales y de los malos malísimos. Con 'Jack Reacher' nos da una buena ración de ello. Vestido del traje urdido gracias a un reconocido personaje literario (¿saga a la vista?).

El argumento de 'Jack Reacher' se presenta así: Cuando un pistolero acaba con la vida de cinco hombres de seis disparos, todas las pruebas apuntan al sospechoso preso. Durante el interrogatorio, el sospechoso ofrece una nota: ¡Buscad a Jack Reacher!. Comienza entonces una increíble persecución en busca de la verdad, enfrentando a Jack Reacher a un inesperado enemigo cuya destreza es la violencia y tiene un secreto que mantener.

En definitiva 'Jack Reacher' nos trae nuevamente al Tom Cruise experto en cine de acción. Sin comedia, listo para disparar en todo momento y con recursos casi inagotables para conseguir sus propósitos. Tal vez no sea la película de acción del año, pero cumple con creces lo que se le exige a un thriller palomitero de su especie.



Nota 6

Crítica Argo


Entre la década de los sesenta, la de la libertad y creatividad, y la nostalgia de los ochenta de la juventud de muchos, parece estar algo aislada esa imprescindible década de los setenta. Esa década desenfadada y sin complejos fue fuente de magníficas películas y extraordinarios realizadores: Sidney Pollack, Alan J. Pakula... La vocación setentera del relato queda clara desde su introducción, desde el mismo logo de la Warner bañado de pasado que abre la historia. Una historia que también se hermana a través de los acordes de guitarra de Mark Knopfler con aquella 'cortina de humo' que reflejaba con menor acierto el poder de Hollywood sobre la esfera real. La fábrica de sueños, tan distante de la realidad como refleja el mágnífico montaje paralelo de una de las mejores secuencias de la película, y sin embargo tan entroncado en nuestras consciencias como para cambiar la percepción de esa misma realidad.

Todo eso se refleja en el relato de 'Argo' con magnífico pulso y dominio del suspense, en el que no sobresalta siquiera su lapso Hollywoodiense en el más puro estilo 'Entourage'. Ben Affleck parece tener un mejor dominio del montaje al servicio del suspense que de sus capacidades para crear una alta gama de emociones a través de su peludo rostro caracterizado como un Tony J.Mendez mucho más alejado de la realidad que el del resto de su televisivo -con el regalo añadido de Alan Arkin y John Goodman- y efectivo reparto. Recurrir a otros actores para protagonizar películas propias también es otra opción.




Nota 8

Crítica Ira de Titanes

Las historias de la Grecia Clásica son apasionantes. Vistosas como pocas. Con multitud de niveles de atención y arcos argumentales ricos en detalles. Tal vez por eso han pervivido durante milenios hasta nuestros días. Lástima que últimamente sólo sirvan como pretexto para poner a un grupo de actores sin mucho que decir con coraza, sandalias de tiras y espada corta para enfrentarse a criaturas mastodónticamente representadas. Todos bailando al son de un cine de acción poco más allá que "palomitero" y sin mayor repercusión que su metraje hasta los títulos de crédito.

Tal vez 'Ira de Titanes' pueda ser considerada como mejor opción que la desastrosa 'Furia de Titanes'. De todos modos no pasa el corte, quedando poco más allá de un gran estruendo de efectos especiales sin mayor hilado. ¿Apta para una sesión de cine de palomitas sin más complicaciones? Sí, pero se podía haber hecho mucho, mucho, mucho más.



Nota 5

Crítica Populaire

Años 50: una época en la que ser secretaria suponía el máximo horizonte del feminismo y en la que la máquina de escribir era la herramienta hacia la liberación profesional y sexual. Regis Ronsard plasma esta idea de manera exquisita en el arranque de 'Populaire', su debut en largo. En la escena en que Rose (Déborah François), la joven y cándida protagonista, se presenta a la entrevista de trabajo en la oficina de Louis (Romain Duris) que la ha de convertir en una mujer autónoma e independiente, la velocidad con la que teclea la máquina y el furor de sus manos provoca que su jefe se fije en ella de tal modo que, obvio, saltan chispas. 

La metáfora le sale redonda a Ronsard, con lo que es una lástima que la deje completamente aislada, marginada del resto de la película. Como un verso suelto. Y es que al cineasta no le interesa explicar los claroscuros de una época en que la lucha de sexos y la tensión sexual comenzaban a aflorar en el terreno profesional; sus intenciones no van más allá de narrar una bonita comedia romántica que explote los colores y estética de los años 50, tan en voga gracias al look retro de series como 'Mad Men' o el trabajo de Todd Haynes. Pero, a diferencia de estos dos ejemplos, el director ni quiere ahondar en el cinismo ni busca reflexionar sobre la contrucción cinematográfica de los relatos durante la etapa del cine clásico. Como se ha apuntado, 'Populaire' no es más que una cuento de hadas que copia alegre e impúdicamente un buen número de hits del cine y la cultura popular de aquella década, desde Hitchcock ('Vertigo. De entre los muertos', Grace Kelly, James Stewart...), hasta la policromía de Douglas Sirk o el easy listening de Xavier Cugat. El ejercicio resulta divertido, estiloso, pero tan hueco como olvidadizo. 

A favor: Su cuidado diseño de producción. Una fantasía vintage. 

En contra: La interpretación de Romain Duris es algo pobre.



Nota 6

lunes, 3 de junio de 2013

Crítica de Skyfall


Lo de las referencias a las que tantas veces se alude es un arma de doble filo. Porque las referencias son poliédricas y multiformes, y se adaptan a la memoria y preferencias del que cree reconocerlas. La cuestión no es si el Bond de 'Skyfall' es más cercano al Batman de 'Nolan' o si su villano es más 'Shakespeareiano' que la media. Todo eso está más que superado. Lo importante es que los guionistas Wade, Logan y Purvis en su libreto, y Sam Mendes como realizador, entregan un trabajo en el que saben apartarse lo justo del mito Bond, orientando al personaje hacia una mezcla del Bond clásico con el Bond más extremo que ofreció Daniel Craig por primera vez en la magnífica 'Casino Royale', juntando lo mejor de ambos mundos. La habilidad está en que al mismo tiempo el panorama que le rodea se mantiene tal y como esperamos que sea, sin más cambios que un nuevo Q nerd interpretado por Ben Whishaw que aporta frescura a la saga. Así, las variaciones no son caprichosas, sino que mejoran aquello ofrecido hasta el momento que corría el riesgo de quedarse anquilosado.

'Skyfall' funciona, y funciona muy bien. No lo hace precisamente apoyada únicamente por un Bardem algo pasado de vueltas en un personaje muy agradecido, ni tampoco solamente en un Daniel Craig que le va cogiendo la medida al personaje como si fuera un traje de Tom Ford. Lo hace porque el conjunto está en su perfecto punto de cocción, y listo para servir agitado, mezclado, o como se quiera.





Nota 8