domingo, 9 de junio de 2013

Crítica de El Mensajero

Hoy llega a nuestras pantallas la última película de Dwayne Johnson, más conocido como “The Rock”. En ella  se nos explica la historia de un chico, que utilizado por un amigo suyo, es encarcelado acusado de traficar con drogas. Dwayne, el padre preocupado, decide hacer un trato con la fiscalía: él les ayudará a atrapar a un narcotraficante si reducen o liberan a su hijo. A partir de este momento se verá inmerso en un mundo oscuro y desconocido que pondrá su vida, y la de sus seres queridos, en peligro.

   The Rock, al igual que otros muchos action hero, intenta cambiar de registro en este drama. Es bastante complicado, a pesar del esfuerzo del actor, intentar creer que simplemente es un padre preocupado y en ocasiones cobarde ante la situación en la que se encuentra su familia. Está tan encasillado en el rol de héroe, que pensar y creerse lo contrario es difícil, difícil… Su interpretación es irregular y esto provoca unos importantes altibajos a lo largo de una historia, que por ella misma intenta explicar tantas cosas que al final se diluyen y no nos explica nada. Llega un momento en que realmente no sabemos si quieren hablar del sacrificio de un padre por su hijo, de los trapicheos de la policía y fiscalía para atrapar narcotraficantes y justificarse, de lo enrevesado que es el mundo de las drogas… Sí, en efecto, toda película toca historias paralelas, pero aquí quiere enseñar tanto que lo toca todo por lo alto y en el fondo no nos dicen nada. Y la mejor manera de resolver todo es con un par de escenas de acción y aquí no ha pasado nada. Fundido a negro, créditos y te quedas igual que cuando empezaste a ver la película.

   Respecto a los actores que acompañan a Dwayne en esta historia, destacar la presencia de Jon Bernthal, que la mayoría recordarán por su papel de Shane en “The Walking Dead”. Aquí interpreta a un padre de familia que tras pasar por la cárcel, por tráfico de drogas, empieza a trabajar en la empresa de Dwayne, siendo quien le pondrá en contacto con los traficantes que a posteriori intentarán atrapar. Por otra parte también nos encontramos, en el papel de fiscal, a Susan Sarandon, cada vez más desaprovechada en el cine y que parece aceptar el primer trabajo que le ofrecen. Es un personaje plano e irrelevante y si no fuera porque se trata de la fiscal, lo podríamos eliminar de un plumazo. Más interesante es el papel de Barry Pepper, visto recientemente en “La Trama” (Allen Hughes – 2013), y que aquí interpreta a un policía de narcóticos para el que se ha transformado físicamente y que intimida tanto por su mirada como por su aspecto.

   Finalmente comentar que el director es  el semidesconocido Ric Roman Waugh (Felon – 2008), que no acaba de sacar todo el jugo ni a la historia ni a los actores.


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Nota 6

sábado, 8 de junio de 2013

Crítica Hijo de Caín

Comienza en las esferas del drama familiar y lo hace con soltura y conocimiento de causa, pero a medida que avanza la proyección el thriller se va adueñando de la trama y con ello se pierde parte de la estabilidad emocional de los personajes en aras a conectar casi con el terror y elevar el impacto en el público.
Esta adaptación de Mi querido Caín, el best-seller de Ignacio García Valiño que fue finalista del V Premio Ciudad de Torrevieja de Novela en 2006, depara por ello una suerte desigual que no deja plenamente satisfecho, aunque tampoco deba hablarse de fracaso.
El director catalán Jesús Monllaó, que debuta en la pantalla grande, demuestra conocer las claves del terreno que pisa, si bien se toma algunas licencias que escapan a la lógica del relato y que le restan convicción. José Coronado no está al nivel de No habrá paz para los malvados, por supuesto, pero se apropia casi siempre de su cometido y el joven David Solans, que está en primer plano, intenta incrementar la tensión con resultados aceptables.
En su objetivo de huir de los esquemas convencionales del cine sobre los niños diabólicos, el director se acerca en alguna medida a los patrones utilizados por Robert Mulligan en El otro, que abordaba la infancia asesina. Aquí, sin embargo, no se trata de niños, sino de un adolescente, Nico, que tiene profundos problemas psicológicos que llevan de cabeza a sus progenitores, especialmente al padre, que recurre a los servicios de un prestigioso psicólogo para poner en práctica una terapia que resulte efectiva.
La base de la misma es el ajedrez, al que es muy aficionado Nico, que parece en principio obrar milagros. La parte más discutible, con mucho, de la cinta es precisamente la que contribuye a intensificar el clima de tensión y de miedo, fruto también de la decisión del director de valerse del factor sorpresa.
El problema es que los giros que vemos son tan radicales, sobre todo en las conductas de Nico y de su madre en relación con el padre, que brota una inevitable falta de coherencia. Da la impresión que todo es posible de cara a que los fotogramas eleven la temperatura de la angustia al límite. Y no todo es lícito en esa tarea.
Nota 6

Crítica Scary Movie

Recordemos que 'Scary Movie' era sinónimo de risa facil, pegando en el calendario a épocas vacacionales. Un "fast-food" cómico que nos podría dar una buena tarde de cine. En esta ocasión, lamentablemente para los que disfrutábamos en parte con la saga, se queda muy lejos de conseguir algo así. Anna Faris es sustituida por Ashley Tisdale, ex-chica Disney que sigue buscando su espacio en el mundo del a gran pantalla (o de la pequeña, si se tercia).
Hay que reconocer que uno de los exponentes más explotados de 'Scary Movie 5' es la llegada de Charlie Sheen y Lindsay Lohan. Tal vez lo único remarcable de la misma, aunque sólo sea por su presencia en la gran pantalla.
Una comedia que pasa sin pena ni gloria.
 
 
 
Nota 3

Crítica Resacon 3

Si tuvo éxito 'Resacón en Las Vegas' probablemente fue por su falta absoluta de complejos. Su guión no escatimaba bromas políticamente incorrectas que trabajaban la carcajada del espectador como si de una fina partitura se tratara. El hecho de mezclar cómicos en estado de gracia como Edd Helms y, especialmente, Zach Galifianakis, con teóricos galanes como Bradley Cooper y Justin Bartha y colocarlos en situaciones imposibles, tocó en parte ese espíritu de retorno a las gamberradas de juventud que sentimos los hombres en cada despedida de soltero (y que tuvo su respuesta femenina con 'La Boda de mi mejor amiga', con la que comparte a Melissa McCarthy en este broche final.)

La segunda parte en Tailandia, aunque acusó algo de desgaste, mantuvo ese espíritu que da vida a la saga. Pero el cierre de la trilogía es como una de esas fiestas que, cercana el alba, se agotan.

Bien es cierto que Galifianakis nos ofrece los mejores momentos de la cinta con ese personaje -que es el mismo con escasas variantes en todas sus películas- que tan bien controla y que aprovecha mecanismos del humor que nuestro Santiago Segura conoce a la perfección. También hay aislados golpes de humor que sí logran su propósito. 

Pero no es suficiente para animar una trama que resulta ser Free-Alcohol para derivar en una versión sin pies ni cabeza de Ocean's Eleven, circunstancia que oculta una trama endeble que pivota excesivamente en el personaje de Ken Jeong, Mr. Chow, un registro que, al igual si se me permite la comparación, que el Scratch de Ice Age, tiene gracia precisamente por su brevedad. 

Una lástima este cierre tan desinflado, en el que incluso se permiten sustituir las hilarantes fotografías durante los créditos por una escena final que hace más sangrante aún el conjunto, al mostrar precisamente la que tendría que haber sido el punto de partida de esta tercera parte si es que Todd Philips quería mantener el espíritu de la manada hasta el final.



Nota 5

Crítica de Mamá

El día que su padre mató a su madre, las hermanas Victoria y Lilly desaparecieron en el bosque cercano a la urbanización donde vivían. Su tío Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) y su novia Annabel (Jessica Chastain) las han buscado sin cesar durante cinco años. Cuando ocurre lo imposible y las niñas aparecen en una cabaña medio derruida, la pareja empieza a preguntarse si no ha llegado alguien más a su casa acompañando a las niñas. Annabel intenta ofrecer una vida normal a las niñas, pero acaba convencida de que hay una presencia malévola en la casa. ¿Sufren las hermanas de estrés traumático o viene un fantasma a visitarlas? Mientras intenta contestar a estas inquietantes preguntas, la nueva madre acabará descubriendo que los susurros que se oyen a la hora de dormir proceden de los labios de una presencia letal.

Así se presenta el argumento de 'Mamá', una película que maraca el debut del cineasta argentino Andy Muschetti y que cuenta con el marchamo de la producción de Guillermo del Toro. Ojo, a cualquiera que le parezca una cinta de terror en el seno familiar sin más, que la vea dos veces. Puesto que para empezar no es la típica familia americana de pastel de manzana en el alfeizar de la ventana asediada por espíritus maléficos. Una cinta impactante que refresca el género y que de paso nos permite ver a una gran y gótica Jessica Chastain, no olvidemos que candidata al Oscar por su papel en 'La Noche más Oscura'.




Nota 7

Crítica de Flowers of War

Uno de los más terribles episodios de la guerra moderna, a veces olvidado por los posteriores horrores de la segunda guerra mundial, es el asedio por parte de los japoneses a la ciudad de Nankín en la segunda guerra chino-japonesa durante los años 1937 a 1945. El detonante a dicha guerra en el continente asiático fue el dominio de una ciudad en la que se llevó al límite la tortura, los abusos y el asesinato sobre la indefensa población.

Una pesadilla ya retratada con crudeza por el filme 'Ciudad de Vida y muerte' y que Yimou retoma para contarnos una odisea dramática en la que, como debe de ser en una buena historia que nos implique e interese, observamos la evolución de los protagonistas en un viaje desde el egoísmo al heroísmo, representado por ese empleado de pompas fúnebres que solo piensa en si mismo magníficamente encarnado por un creíble Christian Bale -cuya presencia además servirá de reclamo al público occidental- y un grupo de prostitutas que comenzarán a ver lo que hay más allá de sus propias vidas.

Yimou nos ofrece situaciones impactantes regadas por imágenes tan bellas como terribles, en las que los regueros de sangre como símbolos de la muerte se entrecruzan con vidrieras de colores que deberían ser símbolos de esperanza,y muchos de sus encuadres y tomas son un homenaje a lo que debe ser el cine.

Pero, con todo y con sus abundantes aciertos, la película, que ha batido records tanto en recaudación como en presupuesto en su país de origen, fracasa un tanto en conformar un esqueleto más emocional y que cale en mayor medida en el ánimo del espectador. 

Zhang Yimou, que fue capaz de construir un perfecto engranaje emotivo en 'Amor bajo el espino blanco' con muchos menos medios y con una historia más sencilla y transparente, deviene en cierta torpeza narrativa al plasmar con algunos brochazos faltos de sutilieza una situación terrible ya de por sí, y que no es capaz de contar sin dejar deslizar algo de maniqueismo -muy presente en la ejecución del colaboracionista o en ese oficial con gusto por la música y algo compasivo que parece sacado de 'El pianista'- que enmascara y hace diluir el auténtico alcance de una situación que debió ser aún más horrible que lo contado, pero con sujetos de carne y hueso que no se comportaban como villanos de filme, sino como algo mucho más incómodo y difícil de plasmar en una pantalla: como personas iguales que nosotros mostrando su lado más oscuro espoleado por la guerra.


Nota 7

Crítica Los Vengadores

Difícil se hace imaginar que esta adaptación no emocione al más purista aficionado a las aventuras en papel del grupo. Dotada de un fastuoso diseño de producción en el que no se repara en medios para asaltar nuestra capacidad de sorpresa, la película tiene la rara virtud de no descuidar el detalle ni la caracterización de sus personajes. Una caracterización bien lograda a través de diálogos sin las fisuras que solemos encontrar en otras adaptaciones: El Capitán América, Nick Furia, Thor, La Viuda Negra, Hulk... todos hablan con la coherencia que se les supone, sin diálogos forzados o que chirríen. Da la impresión que para hacer esta película no se ha pensado en primer lugar en el lenguaje cinematográfico. No, parecería que primero se ha escrito un cómic como si el destino de la historia fuera permanecer por siempre en una estantería. Como si se hubiera concebido sin parar a pensar en lo que costaría plasmarla en imágenes. Como si eso fuera un problema menor que ya se iría resolviendo con una buena combinación de talento y dinero.

Y se ha logrado. Porque el gran público, ese que conoce a los personajes sólo a través de sus encarnaciones cinematográficas, también disfrutará del espectáculo gracias a ese buen trazo en la construcción y plasmación de una historia. No entenderán las bromas privadas, ni gran parte de los guiños diseminados, pero igualmente, gracias a ese respeto al espíritu de la aventura fantástica, se sentirán mecidos por el entretenimiento llevados de la mano por esta estupenda cinta.

Insisto, Josh Whedon es Fan. Sabe de lo que habla, y se nota. Hace la película que a él, como aficionado, le gustaría ver. Y también se nota. Se nota en los diálogos, en los giros sorpresa, en el comportamiento de los personajes, hasta en el movimiento de la cámara. Todo está calculado con un inmenso cariño por los personajes y por lo mejor de los valores del cómic que desarma al más frío y que atraviesa la pantalla, llegando también al espectador ocasional. Con detalles, con matices, que sólo alguien que conoce muy bien el terreno en el que pisa sabe que tocarán el resorte emocional de los que han sobreimpresionado en sus retinas tantas y tantas viñetas, pero sin excluir al resto. 

Los actores, todos, también se lo pasan en grande, con un Robert Downey Jr que es el perfecto Tony Stark y que se echa a la espalda las mejores interacciones con el resto de personajes, con mención especial para un Tom Hiddleston que hace suyo un Loki que no cae en la caricatura en ningún momento.

'Los Vengadores' consigue que la emoción de releer las historias de estos personajes sea amplificada por la magia del cine.

Difícil pedir más, salvo rogar que, por una vez, los espectadores no abandonen la sala en cuanto empiecen a rodar los títulos de crédito. Se recompensará la paciencia.



Nota 8